"Las enseñanzas de don Juan", Carlos Castaneda
Viernes, 23 de junio, 1961 -¿Me va usted a enseñar, don Juan? -¿Por qué quieres emprender un aprendizaje así? -Quiero, de veras que me enseñe usted lo que se hace con el peyote. ¿No es buena razón nada más que querer saber? -¡No! Debes buscar en tu corazón y descubrir por qué un joven como tú quiere emprender tamaña tarea de aprendizaje. -¿Por qué aprendió usted, don Juan? -¿Por qué preguntas eso? -Quizá los dos tenemos las mismas razones, -Lo dudo. Yo soy indio. No andamos por los mismos caminos. -Mi única razón es que quiero aprender, sólo por saber. Pero le aseguro, don Juan, que mis intenciones no son malas. -Te creo. Te he fumado. -¿Cómo dice? -No importa ya. Conozco tus intenciones. -¿Quiere usted decir que vio a través de mí? -Puedes decirlo así. -¿Entonces me enseñará? -¡No! -¿Porque no soy indio? -No. Porque no conoces tu corazón. Lo importante es que sepas exactamente por qué quieres comprometerte. Aprender los asuntos del "Mescalito" es un acto de lo más serio. Si