“Composición surrealista escrita, o el borrador primero y definitivo”, André Breton
Hazte traer con qué escribir,
después de haberte instalado en un lugar lo más favorable posible para la concentración
del espíritu en sí mismo. Colócate en el estado más pasivo o receptivo que
puedas. Haz abstracción de tu genio, de tus talentos y del de todos los demás. Di
bien alto que la literatura es uno de los más tristes caminos que conducen a
todo.
Escribe velozmente, sin tema
previo, con tal rapidez que te impida recordar lo escrito o caer en la
tentación de releerlo. La primera frase vendrá sola, puesto que cada segundo
hay una frase, ajena a nuestro pensamiento consciente, que pugna por
manifestarse. Es bastante difícil pronunciarse sobre el caso de la frase
siguiente, la que sin duda participa a la vez de nuestra actividad consciente y
de la otra, si se admite que el haber escrito la primera frase implica un
mínimo de percepción. Pero esto no debe preocuparte, porque allí reside en su
mayor parte el interés del juego surrealista. Siempre sucede que la Puntuación
se opone a la absoluta continuidad del flujo verbal, aunque parezca tan
indispensable como la distribución de los nudos en una cuerda vibrante.
Continúa así todo el tiempo que te
plazca. Confía en el carácter inagotable del murmullo. Si el silencio amenaza
imperar aprovechando la menor falla — que se podría llamar falla de distracción
— , tacha entonces sin vacilar una línea demasiado clara, y a continuación de
la palabra cuyo origen es sospechoso, coloca una letra cualquiera, la l,
por ejemplo, y siempre la l, retornando de ese modo a lo arbitrario al
imponer dicha letra como inicial del vocablo que ha de venir.
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