“La copa del amor”, Delmira Agustini


¡Bebamos juntos en la copa egregia! 

Raro licor se ofrenda a nuestras almas. 

¡Abran mis rosas su frescura regia 

a la sombra indeleble de tus palmas! 

 

Tú despertaste mi alma adormecida 

en la tumba silente de las horas; 

a ti la primer sangre de mi vida 

en los vasos de luz de mis auroras! 

 

¡Ah! tu voz vino a recamar de oro 

mis lóbregos silencios; tú rompiste 

el gran hilo de perlas de mi lloro, 

y al sol naciente mi horizonte abriste. 


Por ti, en mi oriente nocturnal, la aurora

tendió el temblor rosado de su tul;

así en las sombras de la vida ahora,

yo te abro el alma como un cielo azul.


***


¡Ah, yo me siento abrir como una rosa!

Ven a beber mis mieles soberanas:

¡yo soy la copa del amor pomposa

que engarzará en tus manos sobrehumanas!


La copa erige su esplendor de llama...

¡Con qué hechizo en tus manos brillaría!

Su misteriosa exquisitez reclama

dedos de ensueño y labios de armonía.


Tómala y bebe, que la gloria dora

el idilio de luz de nuestras almas;

¡Marchítense las rosas de mi aurora

a la sombra indeleble de tus palmas!

 

 

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