Alegraos. Nezahualcóyotl
las que están en nuestras manos.
Que sean puestos ya
los collares de flores.
Nuestras flores del tiempo de lluvia, [5]
fragantes flores,
abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
parlotea y canta,
viene a conocer la casa del dios. [10]
Sólo con nuestras flores
nos alegramos.
Sólo con nuestros cantos
perece vuestra tristeza.
Oh señores, con esto, [15]
vuestro disgusto se disipa.
Las inventa el Dador de la vida,
las ha hecho descender
el inventor de sí mismo,
flores placenteras, [20]
con esto vuestro disgusto se disipa.
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¿Quién fue Nezahualcóyotl?
No uno sino varios de los poetas del mundo náhuatl, verdaderos maestros de la palabra, se hicieron acreedores al título de tlamatini, "el que sabe algo", el que medita y discurre sobre los antiguos enigmas del hombre en la tierra, el más allá y la divinidad. Como algunos de los filósofos presocráticos, también estos sabios del México antiguo habían hecho de la poesía forma habitual de expresión. En ella habían encontrado el mejor de los caminos para trasmitir el meollo de su pensamiento y, sobre todo, de su más honda intuición.
"Flor y canto" llamaron a la metáfora y al símbolo. Y como los primeros filósofos de Grecia o los sabios del Indostán, los pensadores poetas de Anáhuac engarzaron palabras verdaderas; y forjando frases con ritmo, comunicaron también su mensaje.
Entre quienes además de poetas llegaron a ser sabios, tlamatinime, se encuentran Tecayehuatzin de Huexotzinco, Ayocuan de Tecamachalco, Nezahualpilli de Tezcoco, Cuacuauhtzin de Tepechpan y Tochihuitzin de Tenochtitlan.
Pero sobresaliendo por encima de éstos y de otros que podrían mencionarse, aparece sin duda el que más grande fama alcanzó, el tantas veces citado Nezahualcóyotl.
Su largo reinado de más de cuarenta años aparece en los textos como una época de esplendor en la que florecen extraordinariamente las artes y la cultura. Nezahualcóyotl edificó palacios, templos, jardines botánicos y zoológicos. Fue consejero de los reyes aztecas y, como arquitecto extraordinario, dirigió la construcción de calzadas, las obras de introducción del agua a México, la edificación de los diques o albarradas para aislar las aguas saladas de los lagos e impedir futuras inundaciones.
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